viernes, 2 de enero de 2009

INOCENTE DEL AÑO


Bien es cierto que este post llega con una semana de retraso; no obstante, el blog 300 amigos, aprovechando la pasada festividad de los Santos Inocentes, quiere distinguir al periodista José Otón, redactor de La Verdad, como inocente del año por publicar un infundado y ridículo artículo sobre la construcción en el municipio del cuarto campo de fútbol más grande de la región.

La noticia apareció en el diario el 26 de enero de 2008. En ella nuestro inocente cronista afirma que la empresa Vigas Alemán iba a construir un nuevo campo de fútbol con aforo para 5000 espectadores, tras el acuerdo suscrito con el Ayuntamiento de Santomera.

Por supuesto, el acuerdo nunca existió, y tampoco el proyecto para construir el cuarto campo de fútbol de la región. Todo era falso. Hasta los datos menores resultan disparatados. Dice Otón que hace dos años el municipio sólo tenía "un terreno de tierra en mal estado" para jugar o que la obra estaría terminada para finales de 2008.

Es evidente que alguien confundió al periodista ofreciéndole una información poco veraz y contrastada, de un modo totalmente interesado; y que éste se dejó engañar, porque aquel ejercía cierto ascendiente sobre él o venía de la mano de persona que lo ejercía.

Por ello bien se merece que le demos el simbólico calificativo de inocente del año, con la duda de si no seremos los lectores de La Verdad los auténticos inocentes.

1 comentario:

Carlos Izquierdo dijo...

Sin lugar a dudas el periodista no es el inocente. ¿Quién se acordaría de él si Gonzalo no hubiera hecho este ejercicio de memoria?
Los inocentes somos todos los que día a día nos vemos bombardeados por medios de comunicación teledirigidos a crear una determinada opinión que no hace más que intentar reforzar a un partido político, el PP. Los inocentes somos los que ponemos la radio y nos aparece la COPE, a través de Radio Sureste, dando coba al francisquillo, los que leemnos la prensa regional y no hay día que no aparezca un artículo de nuestro ayuntamiento, casi siempre mentira o ridículo; o los que leemos ese "escaparate" de La Calle, donde nos dicen que han cambiado una bombilla o pintado una raya en el suelo en la Calle La Gloria, gracias, por supuesto, a la generosidad y maganimidad de nuestro alcalde.