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Hemos recibido dos cartas esta semana.
CARTA nº 1LA ENSEÑANZA CONCERTADA, UNA PLAGA MURCIANA QUE AHORA LLEGA A SANTOMERA
ALOCUCIÓN PRESENTADA POR JOSÉ LUIS EGÍO (IU SANTOMERA) EN EL DEBATE SOBRE EDUCACIÓN QUE SE CELEBRÓ EN SANTOMERA EL PASADO 17 DE NOVIEMBRE. TEXTO COMPLETO DISPONIBLE EN EL BLOG http://iusantomera.blogspot.com/
El colegio concertado Majal Blanco, de próxima creación en Santomera, se situará al amparo y contará con la inversión de los empresarios agrupados bajo las siglas UCORM, Unión de Cooperativas de la Región de Murcia, al frente de una dinámica privatizadora en el sector de los servicios públicos murcianos. La filial de UCORM, UCOeRM, es la más importante de esta unión de falsos cooperativistas, puesto que en la Región el 26’9 % del alumnado de primaria y secundaria acude ya a colegios concertados. Cincuenta de estos centros se encuentran asociados a UCOeRM.
Aunque fundada hace 25 años, la verdadera “entrada en sociedad” de esta red de negocios, se produce con la llegada a la presidencia de la Comunidad de Ramón Luis Valcárcel, quien ha colocado a esta red de aparentes cooperativistas en puestos de decisión muy importantes desde los que conseguir los objetivos empresariales que persiguen. Destaca especialmente el reconocimiento institucional con que cuenta UCOeRM en la Región de Murcia, empresa a la que Varcálcel ha sentado en el Consejo Asesor Regional de Economía Social. Desde este organismo, UCOeRM ha conseguido, por ejemplo, en fecha reciente (28 de octubre), que la Universidad de Murcia cree un Máster específico para la Gestión de Cooperativas de Enseñanza. Extraña paradoja que ilustra bien la forma en la que los responsables de las instituciones educativas de carácter público trabajan a fondo en su propia privatización.
Asímismo, la ley de Sociedades Cooperativas de la Región de Murcia, promulgada en 2006, favorece a UCOeRM, al permitir, en contra de la filosofía cooperativista clásica, el que personas que no trabajan en la empresa cooperativa, bajo la cobertura legal de la figura del socio cooperador y el asociado, desembolsen el 45 % de las aportaciones económicas con las que financiar las actividades de la empresa y tengan derecho a participar, por ello, de una proporción paralela de los beneficios generados por ésta.
La entrada de un capital no ligado a la actividad de trabajo se suma a otros dos elementos totalmente ajenos al cooperativismo. Si en décadas anteriores y desde un pensamiento socialista, se favorecía el establecimiento de las cooperativas, consideradas como asociaciones de trabajadores que, al no depender de empresario-gestor alguno, se repartían la plusvalía generada en el proceso de producción de una cierta mercancía, las nuevas cooperativas de economía social no tienen por finalidad el producir mercancía alguna. Especializadas en el sector servicios, su objetivo es transformar en áreas de negocio los servicios sociales que en todo orden político decente, el Estado ofrece de forma gratuita, al considerarse áreas como la educación o la sanidad servicios que toda persona tiene derecho a recibir por su misma condición de persona.
Las cooperativas educativas fijan un precio por el servicio ofrecido, las clases que tienen lugar en el centro concertado, y exigen a la Administración o a los padres y madres del alumnado que sufraguen dicha cantidad, en la que va incluida tanto el gasto ocasionado por la actividad didáctica, como el beneficio que los cooperativistas desean obtener. Nótese que esta noción de beneficio no está en ningún caso presente en los colegios e institutos gestionados directamente por el Estado, centros en los que solamente ha de sufragarse el gasto de la actividad educativa.
¿Por qué la Región de Murcia prefiere entonces apoyar a este tipo de colegios e institutos en lugar de a aquellos de naturaleza totalmente pública, en los que solamente ha de hacer frente al gasto ocasionado por infraestructuras, materiales educativos y nóminas del profesorado? ¿Es legítimo que en la Región de Murcia se dediquen los recursos del contribuyente a que los falsos cooperativistas de UCOeRM obtengan beneficios por prestar un servicio que la Región podría gestionar de forma directa?
La misma forma en la que el profesorado de los centros concertados es seleccionado atenta contra la figura del trabajador cualificado, puesto que como todos sabemos, la mayoría de los cooperativistas trabajadores del concertado son docentes que compran su plaza por una cantidad que gira en torno a los 120.000 euros y se convierten así en cooperativistas de esta empresa de servicios. ¡Menudo servicio ofrecerán estos trabajadores cuando el criterio que prima para su selección es el económico, no teniéndose en cuenta para nada su capacidad didáctica y los conocimientos sobre las materias que han de impartir!
Personalmente, considero una burla que se considere como cooperativistas a personas que acceden a su empleo respondiendo a ofertas como las siguientes (he respetado las faltas de ortografía de los documentos originales):
“Vendo plaza en colegio concertado de murcia. Esta en buena zona, la flota. Es un colegio de nueva construccion (2 anos) y de muy buena calidad, tanto profesional como educativa…” http://empleo.trovit.es/ofertas-empleo/concertado”.
“HOLA, ME LLAMO BELÉN Y ME GUSTARÍA COMPRAR UNA PLAZA EN UN COLEGIO DE MÁLAGA O ALREDEDORES, SOY LECENCIADA EN COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL, POR LO QUE PUEDO IMPARTIR DIFERENTES ASIGNATURAS” http://www.mundoanuncio.com/anuncio/compro_plaza_colegio_cooperativa_de_malaga_1167383422.html
¿Qué progenitores podrían dejar a sus hijos al cuidado de semejantes tutores? Seguramente, monstruos insensibles más preocupados en evitar el contacto de sus criaturitas con niños de color extraño que en proporcionar a sus hijos una educación de calidad y en la que estén presentes valores como la tolerancia, el amor a la pluralidad y la solidaridad.
Y es que otra de las formas en la que los colegios concertados se ganan su buena reputación es impidiendo por razones inverosímiles que alumnos inmigrantes, gitanos y menores con bajo nivel socioeconómico, con necesidades educativas especiales o con bajo rendimiento académico puedan inscribirse, contrariamente a lo establecido en el artículo 84 de la LOE y en las instrucciones de la Dirección General de Enseñanzas Escolares de la Región de Murcia. Así, a nivel nacional, en el curso 2004-2005 sólo el 16,9% del alumnado extranjero estaba escolarizado en centros privados o privados-concertados(http://www.20minutos.es/noticia/235440/0/discriminacion/colegios/concertados/), según señaló en su día la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres (CEAPA), situación que se mantiene en Murcia al estar ocho de cada diez alumnos inmigrantes matriculados en colegios públicos en el curso académico 2007-2008, mientras que como dijimos, uno de cada cuatro alumnos de la Región realiza sus estudios en un centro concertado.
Añádase como forma de discriminación, la cuota mensual de entre 50 y 200 euros que muchos colegios concertados exigen a los padres y madres de forma voluntaria, pero cuyo impago ha provocado discriminaciones en colegios como el de Oleza en Orihuela, en el que siete niños de cinco años fueron apartados a un rincón por su maestra e inhabilitados “para usar los lápices de colores” hasta que sus progenitores pagaran las cuotas. Otras denuncias similares han motivado que la Consejería de Educación de la Región de Murcia acceda por fin a abrir una investigación en un colegio concertado de Las Torres de Cotillas.
A partir de todos estos datos, llegamos fácilmente a la conclusión de que aquellos que invierten en el negocio de los concertados viven cómodamente con una situación en la que, pese a contar con la financiación total de sus actividades por parte de las administraciones públicas, pueden comportarse como reyezuelos tiránicos en el feudo de su dominio, seleccionando de forma arbitraria tanto a los profesores como a los alumnos del centro.
Los poderes públicos y partidos políticos que amparan este tipo de centros y prácticas son los máximos responsables de la alta tasa de fracaso escolar que se da en nuestra Región. Por un lado favorecen la concentración de los alumnos con necesidades educativas más acuciantes en los centros públicos. Por otro, permiten que en los centros concertados, profesores no cualificados impartan docencia de materias que, en muchas ocasiones, ni siquiera se corresponden con sus estudios universitarios. Ello explica que la tasa de fracaso escolar en los colegios concertados de nuestra Región sea muy cercana a la que se registra en los centros públicos (en torno al 33 %).
Cabe señalar también que, contrariamente a lo que se estipuló en el Pacto Social por la Educación firmado por la Consejería de Educación de la Región de Murcia y algunos sindicatos de la enseñanza en 2005 y en vigor hasta 2008, han visto la luz menos de la mitad de los centros educativos públicos cuya construcción se prometía en dicho pacto. En casos como el de Ceutí, para que algunos de estos colegios pudieran llevarse a cabo, el Ayuntamiento se ha visto obligado a adelantar el dinero necesario para la construcción y esperar un reembolso que la Consejería de Educación efectuará a lo largo de varios años. El desvío de recursos hacia la educación concertada es palpable, puesto que para financiar la apertura de estos centros parece que nunca hay problema.
Con la presentación del colegio Majal Blanco en Santomera, su alcalde José María Sánchez Artés, se suma a la moda de la discriminación, de la compra de puestos de trabajo y del fracaso escolar. Ni él, ni la Concejal de Educación en Santomera, Maribel Cívicos, invitada por Izquierda Unida a la participación en este debate, han querido acudir a defender sus ideas pedagógicas. Esperan seguramente a que la evolución de los índices educativos en nuestro municipio responda por ellos a sus actuaciones insensatas.
Todas las estructuras educativas públicas en Santomera se encuentran amenazadas por el vendaval de la concertación, puesto que el colegio Majal Blanco, caso de seguir contando con el apoyo político de nuestro Ayuntamiento y con un número suficiente de inscripciones, se convertirá también en el segundo Instituto de nuestro municipio a partir de 2015. El alcalde, que ha dado ya un importante golpe a la educación pública, se reserva, por tanto, la puntilla para la próxima legislatura.
Desde Izquierda Unida Santomera reivindicamos que, caso de gobernar o tener influencia en la gestión política municipal, se exigirá a la Consejería que este nuevo colegio y proyecto de instituto pase a ser de titularidad pública, lanzando además una iniciativa a nivel regional para que todos los ayuntamientos que compartan los puntos de vista que hemos expuesto sobre la educación exijan lo propio a la Comunidad Autónoma.
CARTA Nº2
EL SUR DE LA ESPAÑA INTERCULTURAL
A carne mais barata do mercado é a carne negra
ELZA SOARES
6:30 de la mañana. Un camión para frente a una gasolinera. Una mano blanca se deja ver a través de la ventanilla. Señala con el dedo índice eligiendo entre pieles negras a los brazos más productivos. Uno a uno van subiendo al camión según son señalados. Cuando se completa, el camión negrero se marcha rumbo al tajo, entre el humo del tubo de escape se puede oír el choque de cadenas y el silbido del látigo de 300 años atrás. A las 8:30 ya no pararán más camiones. Los que no han sido elegidos, miran al suelo, mascullan y se marchan, con la capacidad de invisibles que les hemos otorgado, hacia el agujero que les hemos enseñado a cavarse, para que no estorben, para que no sean descubiertos, donde no molesten a nuestros ojos. ¿Abolición de la esclavitud? ¿Dónde?
Oigo: Altercado interracial, disturbios, enfrentamientos, escalada de violencia, golpes y redadas. Gracias al papel fundamental de las fuerzas del orden se consiguió frenar la ola de violencia de los inmigrantes en Almería, ¿Por qué tanta hipocresía? ¿A quién pretendéis engañar? ¿Para qué intervenir si los enfrentamientos son entre moros y negrosdemierda?, se preguntaban varios de los que armaban sus gatillos y sus porras antes de entrar en acción. La carga es más limpia si la carne que se golpea es carne de miserable. El golpe es más certero y se consigue una mayor presión sobre el cuerpo golpeado cuando el bulto que se golpea nunca tendrá nombre ni apellidos. ¿Qué importa matarlos a uno u otro lado del muro?
Destrozos de escaparates, gritos, disparos…Los altercados de hoy son voces que no se quisieron escuchar ayer. Sin duda esa rabia desatada son palabras ahogadas que la burguesía acomodada que les rodea no quisimos escuchar. Quien haya podido alguna vez acercarse hasta el mar de plata de los invernaderos de Almería, habrá podido comprobar el estado de las comarcas que son la huerta plastificada para la producción de verduras de la vieja Europa. En las calles olvidadas por cualquier ayuntamiento, las grandes vallas publicitarias anuncian las novedades de fertilizantes, agroquímicos y abonos. La sequedad y el sabor a polvo maldito entran en la boca entre soplidos de desierto en la nuca, para causar la sensación asfixiante de Pedro Páramo. Entre la nada se evapora el tiempo libre que queda al explotado dentro de los invernaderos. Si, como a los misiles israelíes antes de ser disparados, a los tomates almerienses les escribieran mensajes quienes los recolectan, la miseria desdentada -con sus jornadas de 12 horas a 20€, sus camas calientes, su alquiler de pasaporte para una jornada de trabajo- nos reventarían en los comedores europeos a la hora de comer. Pero no se oye nada porque estamos sordos; o nos interesa querer estarlo.
La sociedad española no es racista. No, no cabe eso. Ahora somos integradores porque nos invitan a hacernos fotos de grupo junto con 20 de países diferentes. Quizá lo éramos, como en 1998 cuando también en El Ejido se producían batidas de cromañones armados de bates de béisbol a la caza del moro. Pero ahora no, a las pruebas nos remitimos. Se matan entre ellos, ya no hace falta salir a perseguirlos. Un maliense asesinado por tres marroquíes. Almería es y será zona cero mientras siga estando poblada de 3.000 cuerpos que no tienen voz, nombre ni voto. Serán siendo invisibles mientras no sirvan como brasa para avivar el miedo, para llenar portadas con titulares que siembren la desconfianza, que lleven a alzar los muros para que no se oigan los quejidos de quien quiere tener voz. Les hemos domesticado para que escondan todo de ellos excepto sus brazos y su espalda: Sus brazos porque engordan las cuentas de exportadores de verduras y atraen a inversores de cadenas de supermercados, ¿quién no ha querido alguna vez tener su huerta propia? Y su espalda porque es ancha para cargar horas de trabajo y firme para soportar el mordisco del látigo negrero.
Leo en una de las paredes del parque donde suelo sentarme: NO MÁS MOROS. Aprovecho que la pintura todavía está fresca, ya es hora de alzarse. Me acerco a la pared y hago aquello tan de moda en esta época: Reciclar. Ahora puede leerse: NO MÁS MUROS.
Adrián Ballester Cerezo