¿LAXITUD URBANÍSTICA O AMIGUISMO?

"Para los amigos todos los favores, para los demás la ley"

Cuando en el año 2001 el gobierno socialista, impelido por la aprobación de la primera Ley del Suelo regional, decidió endurecer las medidas disciplinarias urbanísticas contó con el respaldo de todos los partidos políticos, incluido el PP, cuya portavoz a la sazón se mostró como una enardecida defensora de la legalidad urbanística y medioambiental.

A pesar de este endurecimiento, que comportó una disminución considerable de las infracciones, José María Sánchez a través de los boletines de su partido cargó con denuedo contra el gobierno dirigido por José Antonio Gil, al que acusó de "seguir protegiendo, amparando y beneficiando" a los infractores urbanísticos (nº 28, diciembre de 2004).

Sin embargo, en las últimas fechas la falta de una respuesta adecuada a algunas infracciones urbanísticas empieza a cuestionar el rigor con que el Sr. Sánchez sanciona las infracciones medioambientales o urbanísticas. Veamos algunos ejemplos: aquella portavoz popular -la enardecida defensora de la legalidad urbanística-, y cuñada del alcalde, construye hoy un chalé ilegal dentro de un futuro plan parcial ( algo que prohibe específicamente el PGMO de Santomera ). El hermano de otra cuñada del Sr. Sánchez Artés construye una vivienda en la huerta - en zona agrícola- sin la parcela mínima necesaria para obtener licencia. Otro cuñado del alcalde obtuvo la primera licencia para abrir un Pub-Discoteca en la zona conocida como la Aserradora, lo que le permitió un rápido traspaso - y supongo que fructífero. Otro local de similares características ha eludido el precinto simplemente cambiando de nombre ( entre los propietarios, un significado militante del PP ). El suegro de un insigne concejal popular alquila un bajo como Pub careciendo de la licencia preceptiva para ello.

Todo lo referido contará -seguramente- con los preceptivos expedientes abiertos que en un futuro se saldarán con una simple sanción económica. No me consta, sin embargo, que José María Sánchez haya adoptado medidas más efectivas contra sus familiares y amigos, como la suspensión o el precinto de las obras, como si ha hecho -por ejemplo- con algunos bares de Santomera.

Me pregunto, a la vista de estos y otros muchos casos que omito por razones de espacio, si estamos ante un relajamiento de la disciplina urbanística y medioambiental aplicable a todos los vecinos; o se trata simplemente de una aplicación de la máxima del pensador Maquiavelo: "para los amigos todos los favores, para los demás la ley".