lunes, 2 de junio de 2008

EL MAL DE LA CREOSOTA

Agente cancerígeno comprobado, esta sustancia química declarada como peligrosa por La Consejería de Sanidad de la Región de Murcia y utilizada como tratamiento para la impermeabilización de maderas destinadas a un uso industrial, fue empleada en España en las traviesas del tren durante mucho tiempo. Millares de ellas, que habían sido retiradas por las autoridades ferroviarias, acabaron en el mercado siendo vendidas como elemento ornamental. De este modo, jardines privados y públicos pusieron de moda su reutilización, exponiendo, sin saberlo, a la población al contacto con esta nociva sustancia, mucho antes de que las autoridades prohibieran su uso.

En Santomera las citadas traviesas cancerígenas han sido empleadas por nuestro gobierno popular para crear parterres donde plantar flores. Y dieron lugar a una aspera confrontación entre el alcalde y la oposición socialista a propósito de su retirada, que todavía hoy se dirime. Después de que los análisis encargados por gobierno y oposición certificaran la presencia en las traviesas de altas dosis de Creosota, el primer edil, José María Sánchez Artés, ordenó hace algunos meses su sustitución en los jardines locales por maderas no contaminadas. Sin embargo, el PSOE denuncia que la retirada no ha sido total, parterres como los existentes a la entrada del convento de Las Hermanas Clarisas o al borde de la carretera nacional 340 seguirían poniendo en peligro la seguridad de los vecinos. A la confrontación se ha unido ahora IU, que en su último boletín arremete contra el concejal Víctor Cerezo pidiendo su dimisión.

Aunque la mayoría de vecinos de Santomera son ajenos al peligro y a la polémica generada, en gran medida por el silencio de los populares y la prudencia de los socialistas, más temprano que tarde, la alarma entre los vecinos podría cundir si se verifica que el mal de la Creosota sigue todavía entre nosotros.

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