jueves, 16 de octubre de 2008
UN APARCAMIENTO IMPROVISADO
¿QUÉ HACER CON EL APARCAMIENTO AHORA?
En un comentario al post de Eduardo mi compañero Carlos Izquierdo achacaba a José María un estilo de gobierno basado en la "provisionalidad y la improvisación". Decía de él y de los suyos que "funcionan a base de ocurrencias", y ponía un ejemplo: la creación para las fiestas del año pasado del "hondón del ritmo", un auténtico fiasco.
Carlos daba en el clavo: improvisación. En el justo sentido que le atribuye al término la Real Academia de la Lengua Española: "hacer algo de pronto, sin estudio ni preparación". Cuando no se pide la opinión de los técnicos de urbanismo - o se desoye-, cuando no se redacta un proyecto de obras, cuando no se saca a licitación la obra y se adjudica a dedo, lo normal es hacer cosas tan monstruosas como "asfaltar un jardín".
Si el alcalde hubiera obrado con más prudencia, consultando por ejemplo a sus técnicos, habría sabido dos cosas de perogrullo. A saber, que el solar municipal frente al cementerio estaba programado por el PGMO como espacio libre y zona verde; y que la ley fija como único uso para ésta zona servir a "la plantación de arbolado y jardinería, admitiéndose diversos tratamientos de suelo, con el objeto de garantizar el desarrollo de las actividades de ocio y recreativas". Me habría ahorrado este artículo y al erario público los diez millones de pesetas gastados.
Esta colosal metedura de pata pone a José María Sánchez en una incomoda tesitura: optar por la indolencia del "aquí no ha pasado nada" y esperar que ningún tribunal le obligue a meter la pala y levantar el asfalto, mientras echa balones fuera y culpa a la oposición - algo que con razón o sin ella siempre viene bien; u optar por la responsabilidad de presentar alguna cabeza de turco que se coma el marrón, encargar a una empresa paisajística la redacción del proyecto de construcción del jardín y contentar a los más indignados poniendo en un medio plazo la fecha de defunción del parking.
Mientras tanto bien podía sacar de todo esto una buena lección: la improvisación en política es siempre el camino más seguro y rápido para malgastar el dinero de tus contribuyentes.
En un comentario al post de Eduardo mi compañero Carlos Izquierdo achacaba a José María un estilo de gobierno basado en la "provisionalidad y la improvisación". Decía de él y de los suyos que "funcionan a base de ocurrencias", y ponía un ejemplo: la creación para las fiestas del año pasado del "hondón del ritmo", un auténtico fiasco.
Carlos daba en el clavo: improvisación. En el justo sentido que le atribuye al término la Real Academia de la Lengua Española: "hacer algo de pronto, sin estudio ni preparación". Cuando no se pide la opinión de los técnicos de urbanismo - o se desoye-, cuando no se redacta un proyecto de obras, cuando no se saca a licitación la obra y se adjudica a dedo, lo normal es hacer cosas tan monstruosas como "asfaltar un jardín".
Si el alcalde hubiera obrado con más prudencia, consultando por ejemplo a sus técnicos, habría sabido dos cosas de perogrullo. A saber, que el solar municipal frente al cementerio estaba programado por el PGMO como espacio libre y zona verde; y que la ley fija como único uso para ésta zona servir a "la plantación de arbolado y jardinería, admitiéndose diversos tratamientos de suelo, con el objeto de garantizar el desarrollo de las actividades de ocio y recreativas". Me habría ahorrado este artículo y al erario público los diez millones de pesetas gastados.
Esta colosal metedura de pata pone a José María Sánchez en una incomoda tesitura: optar por la indolencia del "aquí no ha pasado nada" y esperar que ningún tribunal le obligue a meter la pala y levantar el asfalto, mientras echa balones fuera y culpa a la oposición - algo que con razón o sin ella siempre viene bien; u optar por la responsabilidad de presentar alguna cabeza de turco que se coma el marrón, encargar a una empresa paisajística la redacción del proyecto de construcción del jardín y contentar a los más indignados poniendo en un medio plazo la fecha de defunción del parking.
Mientras tanto bien podía sacar de todo esto una buena lección: la improvisación en política es siempre el camino más seguro y rápido para malgastar el dinero de tus contribuyentes.
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2 comentarios:
Empiezo a pensar que la ocurrencia del parking, a lo mejor, no es de nuestro Sr. Alcalde, sino una copia de lo que está haciendo el PP en otros sitios. Esto mismo es una práctica habitual en otros municipios de la Comunidad, como, por ejemplo, Archena. como compruebo en Vega Media Press.
Además de improvisar, copian, pero lo malo sólo.
O tal vez sea una copia de lo que han echo los yanquis con sus bancos y este altivo alcalde este realizando inyecciones de dinero a sus dos empresas amigas, Los ARENEROS y DAVID CASTEJON (Asfaltos).
No sera que su profession frustada fue la de practicante y no la de vendedor de medicamentos y alcalde??
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