jueves, 18 de septiembre de 2008

UN CAMBIO CRITICABLE POR TEMERARIO Y VERGONZOSO

Utilizar la publicación en el BORM para introducir cambios en el texto de la ley, fuera de la voluntad del órgano que la dictó, es un comportamiento criticable; hacerlo sobre un plan urbanístico, sensible como lo que más a las sospecha y al escándalo, es simplemente una temeridad.

Quienes hemos leído la Orden por la que el Consejero José Ballesta aprobó nuestro PGMO - no muchos, por cierto - tanto su versión original, la dictada el siete de agosto, como la publicada por el BORM el nueve de septiembre, hemos palidecido de asombro al comprobar la existencia de algún cambio realizado sobre el texto original. Es decir, que donde el consejero decía digo, ahora dice Diego.

El cambio viene precedido de la existencia de dos informes elaborados por el Servicio Urbanístico de Comunidad Autónoma en un plazo temporal de seis días, y que en algún aspecto resultan manifiestamente contradictorios. Así, el uno de agosto el Servicio Urbanístico decidía que el Ayuntamiento de Santomera había resuelto la mayor parte de las deficiencias que adolecía su planeamiento general cuando fue suspendida su aprobación, pero señalaba igualmente un conjunto 'menor' de deficiencias que aún restaban por subsanar. El seis de agosto, y a la vista de este informe, el jefe del Servicio Urbanístico, el Subdirector General de Urbanismo, José María Ródenas, dictaba otro informe en cuya virtud daba el visto bueno a la Aprobación Definitiva Parcial del PGMO de Santomera y recogía las deficiencias apuntadas por su técnico, matizando algunas y variando otra.

El siete de agosto, y dado el visto bueno del subdirector, el consejero firmaba la Orden de Aprobación Definitiva Parcial, señalando que las deficiencias a subsanar por el Ayuntamiento de Santomera serían las expresadas en el informe del subdirector José María Ródenas. Sin embargo, e inexplicablemente, esa misma Orden aparece publicada en el BORM diciendo otra cosa distinta. A saber, que el informe que señala las deficiencias es el evacuado por el técnico del Servicio Urbanístico, prescindiendo ahora del informe del subdirector.


De la lectura y comprensión de las deficiencias, uno deduce que el cambio no parece baladí, dada la discrepancia que ambos informes sostienen sobre, al menos, la solución de un problema concreto. Parece evidente, también, que, finalmente, alguien en Murcia, o algunos, y a saber el por qué, a la vista de lo inconveniente de lo firmado por el consejero, escogió, o escogieron, el otro informe: el del técnico, pues presentaba una solución más rápida y sencilla al caso, aunque para ello se tuviera que acudir a variar, vía publicación del BORM, el texto acordado inicialmente por el consejero.

Nunca pensé que viviera en Alemania, pero ver acciones como la descrita me hace creer que nuestra administración autonómica está más cerca de asemejarse a la de Malabo, Nueva Guinea-Papúa o a la de otros lugares igualmente 'bananeros', que a la propia de un país europeo.

1 comentario:

Carlos Izquierdo dijo...

Al final, va a resultar que Mr. Marshall ha pasado de largo.