Desfachatez

Antonio Campillo Ruiz, “El Bamboso”

¡Qué desfachatez! ¡Qué poco sentido del ridículo! ¡Qué atentado y desconsideración a la inteligencia!

Cuando ayer oí lo que emitieron las cuerdas vocales de la señora de Castilla la Mancha, que supuestamente se encarga de vociferar lo que escribe en papeles de secretaria del partido “con posibilidad de gobernar”, creí que, o bromeaba, o había perdido los cuatro puntos cardinales, no sólo el norte. La “novedad” que han parido las excelsas mentes pensantes del partido que no plantea oposición sino destrucción, es “…cambiaremos el Código Civil para que se aumenten las penas por corrupción y no prescriban los delitos…”

¿Ustedes no creen que se trata de un chiste? Yo creo que sí. Es un chiste malo y contado sin ninguna gracia porque nos insulta a todos. Veamos: ¿Y qué va a pasar con el señor de las gafas oscuras de Castellón y sus familiares y amigos? ¿Y con el delgado figurín “pruebatrajes de regalo” con “correas” incluidas? ¿Y con los “espías” madrileños ineptos? En las películas, a los espías no los descubren nunca, como pasará con estos.

¿Pero qué dice usted señora? ¿Dónde se encuentran los papeles en los que supuestamente escribieron ustedes una larga lista de códigos éticos aplicables a su partido? ¿Cuántas de estas largas listas de ética han aprobado en el seno de su partido? ¿Le ha recordado a los españoles que han sido varias y que no han cumplido ni una? ¿Acaso cree que los españoles nos chupamos el dedo? No, señora no somos alumnos de quienes enseñan el delirio de grandeza y la sorna a los ciudadanos. Así, no somos alumnos del desprestigiador oficial de España y sus Instituciones, ni de la lumbrera económica, ni del comunicador trabalenguas, ni del señorito andaluz, que ustedes poseen en las filas, prietas, muy prietas, de su partido y que dictan las clases de ciencia de la indignidad, matemáticas de la inoperancia, biología de la estupidez o tecnología de la caída de la breva para comérsela.


De estos profesores insignes aprendió nuestro actual alcalde electo, como expresa un comentarista muy acertadamente. Fue elegido si, pero según él por los suyos y por ello, solo es alcalde de ellos. Es imposible que exista mayor estupidez de la expresada en esta frase. José María, tú eres el alcalde de todo el pueblo y los partidos que no alcanzaron los votos para detentar dicho cargo así lo reconocen porque son democráticos. Quien no lo sabe eres tú, solo tú. Tu inseguridad y desconfianza siempre se ha puesto de manifiesto. ¡Pero desde que eras un joven, no sólo ahora! Esta es la diferencia. La titulación que obtuviste fue la de aprendiz de gestor y párvulo de político, sin progresar adecuadamente, como expresa otro comentarista del blog. ¿Dónde está el bienestar del pueblo? ¿En la inadecuada subida de impuestos municipales que según el programa electoral no se produciría nunca jamás? ¿Las mejoras realizadas con el dinero del Gobierno Central perteneciente al Plan Ñ, se han terminado? ¿Te van a valer las obras Estatales, José María, para sacar un poco de barriga y decir que el dinero te lo dio ese otro proyecto de político y correligionario que es el Presidente de la Comunidad experto, por otra parte, en las conspiraciones poliédricas de la izquierda? ¿Sabrá qué es un poliedro? ¿Le has dicho a todo el pueblo que no has recibido ni un soplo en un ojo de él? Díselo, hombre, díselo, para que sepan todos, preferentemente tus votantes, la “gran influencia” que posees entre los llamados altos cargos de tu partido en la Comunidad y la ayuda que te han proporcionado para un sostenimiento de riqueza, aunque sea leve, por y para el pueblo.

Y, por otro lado, ¿has asistido recientemente a las clases particulares de trato personal a los conciudadanos o sólo has aprendido el gesto adusto de quien fue, desafortunadamente para España, su Presidente en un tiempo pasado? Creo que sería de interés personal que pasases de párvulos a primaria cuando se trata de ser amable con los convecinos, perspicaz con la proyección de futuro, defensor hasta el aburrimiento de la potencial mejora de los recursos agrícolas e industriales de nuestro pueblo y, para no ser excesivamente prolijo, atento a las carencias propias de una situación provocada por los ineptos banqueros, especuladores poderosos y cambios sociales que alterarán sustancialmente el equilibrio de poderes en el mundo.