Invocar a la utopía como un elemento inspirador para un proyecto social no es algo que esté muy de moda. Vivimos dominados, por lo menos aparentemente, por la cultura de lo eficaz, de lo pragmático, de lo verificable. En nombre de esta cultura se ha proclamado el réquiem por las utopías. Y, sin embargo, son muchos, somos muchos los que tenemos motivos más que suficientes para buscar y proclamar un proyecto de sociedad en clave de utopía. Utopía que para nosotros ni se confunde con mito ni con quimera. Utopía es algo que no existe, aquí y ahora, pero está en el horizonte como objetivo, como inspiración de algo nuevo que puede existir. Algo «inédito pero viable», en frase de Paulo Freire.
Tenemos razones suficientes para apostar por ese horizonte utópico porque el actual sistema de “Mercado Total”, donde todo se compra y todo se vende, continúa generando situaciones de extrema desigualdad, pobreza, marginación y violencia.
Sería peligroso, sin embargo, pensar que este intento de proyecto en clave de utopía está muy bien para soñar, pero nada más. Sería peligroso y engañoso hacer caso de quienes dicen que «todo esto de perfilar un futuro alternativo es demasiado complejo y totalmente improbable». O cuando dicen que plantear tales alternativas no es sino un burdo milenarismo, o un sueño ilusorio e ingenuo o una mera quimera. No dudo en afirmar que, en la mayor parte de los casos, quienes aducen tales excusas o utilizan tales descalificativos lo hacen consciente o inconscientemente para legitimar el presente orden establecido:
«La insistencia en la improbabilidad y la complejidad del cambio son, muy a menudo, un intento de reducirlo a una mera prolongación del presente».
Para mí, sin embargo, ha quedado de manifiesto que tenemos muchas razones para buscar otros caminos, entre otras porque no deberíamos de querer ser cómplices de la condena que pesa sobre miles de hombres y mujeres aquí en la Región de Murcia, que viven en la marginación y en la exclusión social. No podemos ser cómplices de que miles de jóvenes se vean condenados a una sociedad patológicamente enferma e injusta.
No tenemos ningún motivo para creer que las actuales políticas del Sr. Valcárcel, bajo el imperio del “Ladrillazo” y “Mercado Total”, puedan ofrecer alternativas mejores, todo lo contrario, aunque es posible, y no lo niego, que en la historia de los últimos años, los ajustes espontáneos hayan servido, en determinados momentos y para determinadas situaciones, para solucionar problemas parciales o coyunturales. A pesar de esto, es menester decir, con toda rotundidad y claridad, que no hay prueba alguna, en toda la historia de la humanidad, que demuestre que los ajustes espontáneos de la ley de la oferta y de la demanda hayan contribuido a fomentar o crear estructuras estables de igualdad en los diferentes ámbitos de la vida: cultural, económico o de consumo. Han servido para crear riqueza, nadie lo niega. Pero de esta riqueza sólo se han beneficiado, mayoritariamente, los grupos y sectores dominantes. A su lado, ¡cuántos se han quedado marginados y caídos en la cuneta del progreso!, y nadie, salvo excepciones, se ha preocupado de ellos, nadie ha hablado de ellos, porque no eran del sistema, no tenían voz, no eran rentables.
Todas estas razones y muchas más son las que me empujan a compartir con vosotros mis reflexiones y a apostar por un proyecto de sociedad en clave de utopía, proyecto del que queda mucho por imaginar y por experimentar. Proyecto que, en su totalidad por lo menos, es inviable en el contexto del actual sistema de gobierno del PP en la Región. Pero esto no puede ser una excusa para renunciar a él. Más aún, este proyecto técnicamente puede empezar ya a ser planificado y ser llevado a la práctica, por lo menos en parte, como está demostrado.
Sea lo que sea, nadie nos puede impedir a nosotros, y a tantos otros, vivir, ya ahora, nuevos espacios de libertad y de creatividad, aunque sea al margen y en contra del sistema. En cualquier caso el proyecto de sociedad en clave de utopía no es algo que surge de la nada, parte de unas experiencias; debe planificarse ya desde ahora con una nueva voluntad política y cultural. Debemos luchar por él. Con los debates que sean necesarios y abriendo espacios para el dialogo con los movimientos sindicales, con los partidos políticos y los movimientos sociales, que con frecuencia son los que más cercanos y más sensibles están a las nuevas realidades.
6 comentarios:
Suena ha poesía, y la poesía se comunica con el alma de las personas, cuando oigo la palabra Utopía en términos políticos, se me inflama el alma y un suspiro me recorre el recuerdo.
Una vida no es suficiente para que cambie algo, pero si es suficiente como para hacer que todo siga igual.
Muy elaborado el comentario.
Las utopías que nos vende el PP, realmente no tienen un horizonte definido pero no sólo por ser una utopía política sino porque realmente no hay horizonte.
Hemos pasado en unos años de tener utopías reales, soñar con aquello que queremos pero que además queremos llevar a buen fin que no soy capaz casi de entender que es para el PP una utopía política.
Llevas razón de que no es justo y que nuestra juventud viva utopías en falso tal y como se las presenta el PP, y en esto somos todos responsables.
Cierto que deberíamos desde el PSOE abrir los cauces precisos y necesarios para generar esas ilusiones de las que la juventud actual está tan falta por pasividad (como se decía en un anterior comentario)
Llevarles y llevarnos a generar nuevas o viejas utopías desde donde veamos o creamos ver más cercano el fin de nuestro ideal. Ideal que hoy por hoy no nos genera el PP.
Me encanta ver que todavia quedan quijotes en este mundo a los que no les da miedo luchar con molinos de viento.
Ánimo a ese proyecto en clve de utopía, soñemos juntos un nuevo amanecer para esta region.
Ojala! se pudiera rescatar del olvido la utopia en esta sociedad.
Para aquellos que aun querais soñar un ratillo os recomiendo escucheis la cancion de Serrat "Utopia", vendría genial como banda sonora para el articulo que habeis escrito, añadidla si podeis.
Un saludo
Antonio puede que tengas razon y toda una vida no sea suficiente para cambiar algo, pero lo peor es pasar por la vida sin haber intentado cambiar algo las cosas.
hay una frase que a mi personalmente me encanta decir a la gente cuando sueña que otro mundo es posible :
"Yo siempre preferire a los que sueñan, aunque se equivoquen"
Intentemos cambiar las cosas, aunque sea desde este humilde foro y entre cuatro o cinco soñadores de utopias
Un alcalde en santomera cacique y del PP, en la comunidad autonoma el señorito del vino y las comilonas de Valcarcel y en españa un gobierno que no sabe donde va y una oposicion de pena... y quereis que sueñe
Anda iros a dormir un rato que los sueños sueños son.
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