viernes, 27 de agosto de 2010

¿Quién es el hombre? ¿Desciende el hombre del mono?

Amenudo se confunde ¿quién es el hombre? con ¿cómo ha surgido el hombre en la historia del mundo? La paleontología y diversas ciencias pueden explicarnos las etapas de la aparición del hombre en el vasto fresco de la evolución. Pero estas ciencias no responden lo que las supera: ¿por qué el hombre como producto final? , ¿quién es el hombre?

Imaginando que la respuesta a estas cuestiones se encuentra en nuestros antepasados, ciertas personas se horrorizan aún ante la idea de que el hombre descienda del mono. Ahora bien, el mono no es el antepasado del hombre, si no más bien un primo lejano, infradesarrollado. La línea de los homínidos de la que ha surgido el hombre y la línea de los monos provienen ambas de los primates. Así pues, sería mejor decir que el hombre desciende del animal pero que ha aprovechado mejor las vitaminas y el fósforo que el delfín o el gorila, que han fracasado en su evolución.
Algunos temen, otros afirman, que el parentesco del hombre con el reino animal entraría en contradicción con el hecho de que Dios le haya creado. Una posible respuesta se encuentra en la Biblia, en el libro del Génesis. Allí se propone una tesis evolucionista aún más radical que la que hace descender al hombre del mono, puesto que hace descender al hombre del barro de la tierra...
Por su biología el hombre se da cuenta de que es casi completamente animal, próximo al chimpace, al gorila y al orangutan, fisiológicamente se le parece mucho, pero su patrimonio genético es específicamente diferente. No obstante, el hombre se distingue del animal en su inteligencia. Y más que en la inteligencia, en si misma, en su múltiples capacidades. El hombre posee algo único en el mundo: es el único ser del universo capaz de reflexionar sobre si mismo. Sólo él puede preguntarse ¿quien soy yo?
Tiene capacidad de discernimiento, de saber si lo que hacen los otros está bien o mal. Lo percibe también en si mismo: tiene consciencia del bien o del mal que realiza personalmente.
Según lo anterior el hombre se distinguiría del chimpance por la capacidad de reflexionar sobre si mismo y sobre todo lo que le rodea, sería hombre por la capacidad de discernir y tener conciencia del bien y del mal. En ese caso me asalta una duda, ¿que sucede con la legión de políticos corruptos o incompetentes que asaltan nuestros países, nuestras regiones y nuestros pueblos? , ¿serían un eslabón atrasado con conducta moral relajada y principios a la carta en la cadena evolutiva del hombre? o ¿todavía no han desarrollado la capacidad de discernir entre el bién y el mal?
Yo no tengo las respuestas a estos interrogantes, pero si he encontrado algunas fotos en internet que quizás puedan dar luz a algunas de las preguntas que suscita la evolución del hombre.


No descendemos del mono, ¡somos monos!

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